<$BlogRSDUrl$>

5.6.11

“Escupo en tu tumba” saluda a las 4tas partes: Lo bueno, lo malo y... ¡lo raro! 

[Escrito muy a propósito del ya no tan reciente estreno de Scream 4]

Ah, secuelas, ¿qué sería del cine de horror sin ustedes? ¿A quién achacar ese don de crear historias de la nada, de extender un chiste más allá de la línea final, de sacarse personajes de la manga para extender una historia que había terminado el año pasado? Porque las secuelas son eso: un hipo, un eco, un intento por esbozar aquel susto cuasifreudiano que cimbró a las audiencias. El eterno hermano menor, siempre a la sombra del primogénito: sí, las caras se parecen, pero aquel fue más aventurado y este es un pequeño cobarde.
En Scream 2, secuela de secuelas, el personaje de Sarah Michelle Gellar apunta: “Las secuelas, por definición, son un producto inferior.” Y aunque estén presentes en todos los géneros—comedia, acción, porno—realmente atañe al terror esta especialidad, pues es un género que se ha construido a partir del reciclaje de sustos.
Y habiendo tantas, ¿no cabría la posibilidad de que alguna fuera mejor que la original? [Después de un largo interludio en el que el autor se sienta a pensar, googlea debates similares y echa un vistazo a la empolvada colección de dvds] Hay quienes dicen que Evil Dead II es mejor que la primera: sentido del humor, gore, trucos de cámara, frases célebres (“Groovee!”). El problema es que las secuelas son algo subjetivo. Las secuelas enamoran porque tal vez fueron las primeras que vimos en el cine (Halloween H20, en mi caso) o en la tele (Viernes 13 parte VII) o en videos prohibidos (Pesadilla en la Calle del Infierno 5) y vienen atadas, pegadas quirúrgicamente, al factor nostalgia.
Cuando se trata de cuartas partes, es aún más difícil argumentar la necesidad de su existencia, pero para el aún más novato amante del cine de horror, es claro que las cuartas partes han tenido mucho que regalar a este mundo.
Lo bueno:
Scream 4- ¡Claro que sí! La secuela que nadie esperaba—Neve Campbell dijo horrorizada en numerosas entrevistas que jamás haría “otra de esas”—pero, una vez anunciada, con ¡tres años de anticipación! era inevitable que aquellos corazones noventeros sangraran de emoción. El resultado: Wes Craven, a sus setenta y pico años, todavía puede preciarse de hacer una película moderna, fresca, que asusta, divierte y comenta sobre el estado actual del cine de horror--¡que se jodan los remakes!—y la obsesión con la fama y los nuevos medios de comunicación, con todo y comentario ácido sobre la sociedad gringa contemporánea en tiempos de guerra. ¡Aplauso!

Viernes 13: Capítulo Final- Sí, el título conlleva una serie de mentiras: si la memoria no me falla, la película ocurre durante el domingo 15, o el lunes 16, y no, no era el capítulo final, sino apenas la mitad de la saga. Como sea, que cuando se rodó sí se planeó que fuera la última, y como toda gran despedida tiraron la casa por la borda, echaron la carne al asador, afilaron bien ese machete de Jason: inigualable gore por Tom Savini, la banda sonora más estruendosa de toda la serie, el primer montaje-recapitulación más fregón de toda la serie y, sobre todo, el mejor tercer acto en toda la saga: hachazos, chicas brincando por las ventanas, martillos a la cabeza, perros suicidas, caras freak, alguien se rapa en un arranque de análisis freudiano... Un viaje intenso lleno de nudismo, sangre y música de violín.

La Novia de Chucky- Cuando una saga llega a la cuarta parte es momento de reinventarse. En especial si la secuela tarda más de media década en cocinarse (algo similar al caso Scream 4). La Novia de Chucky se deshace de todo lo que hizo a la franquicia un clásico y se regodea en la autoparodia. El mito se reinventa y abraza la nueva década—los noventa, qué otra—y lo adereza con mucho de sangre, explosiones, rocanrol y sexo entre enanos.

Pesadilla en la Calle del Infierno 4- Bien, bien, lo admito. Esta secuela no rompe parámetros de nada y es sólo un placer nostálgico mío. En cuanto a intensidad, palidece en comparación con la primera. La banda sonora no es nada memorable, como sí lo es lo que compone Christopher Young en la segunda entrega, si bien aquí compensan encajando melodías pop a cada corte, incluyendo a mi banda favorita de todos los tiempos, Blondie. No, tampoco tiene la creatividad que todos adoran de la tercera parte, donde Freddy se transforma en televisión, gusano fálico, llave de agua, enfermera chichona y esqueleto-oda-a-Harryhausen mientras inyecta jeringas cargadas de droga. En cambio tenemos una chica que se transforma en cucaracha y a Freddy rappeando en los créditos finales, pero esta fue la primera película de terror que admiré con pasión, así que por eso y nada más que eso merece estar entre las mejores, jeje.

Halloween 4- Hasta hace medio año no sabía a qué se debía tanto alboroto. Esta entrega era adorada en todos los foros de internet, y el avance de cine que recuerda la narración de Masacre en Texas despertaba mi curiosidad. Y oh sorpresa: cero sangre, personajes secundarios totalmente olvidables, looks pasadísimos de moda—tan pasados que ningún chico se ve guapo...¡horror!—y una máscara de Michael Myers que parece hecha por algún amateur. Sin embargo, es una buena película, y es un poco lo que hace Scream 4: es más de lo mismo. Al menos alguien tuvo la delicadeza—guionista o director—de ver la original y llevar al espectador por esos terrenos familiares: muy bien lograda atmósfera, y la historia de la niña huérfana que no encaja en este mundo cruel claro que arranca lágrimas. Aunque muy baja en gore, las secuencias están llenas de suspenso—los sueños con Michael, la sesión de pedir dulces, la escuela primaria abandonada y, sobre todo, la persecución en el tejado... ¿y por qué en todas estas cuartas partes alguien tiene que de plano subirse al techo para poder llamarle clímax a un enfrentamiento catártico?—y Michael Myers efectivamente abandona las sombras del serie b setentero y se encaja eternamente dentro de la realeza slasher ochentera.

Lo malo:
(Secuelas que apestan: poca descripción disponible porque sólo las vi una vez y las procesé como parte de un mal sueño o porque de plano ni se antoja verlas)
Aullido IV-La primera: un film súper inteligente que hace homenaje a los hombres lobo mientras combina humor siniestro con terror infantiloide o sicológico. La segunda: el subtítulo es Stirba, la perra lobo o algo así... aburrida, mediocre, filmada en algún lugar de Europa del Este. La tercera: empezaba con video documental de un demonio de tazmania, lo que hacía llorar a mis ojos infantiles, y ¿creo que una mujer lobo blanca bailaba ballet en la Unión Soviética? De esta cuarta lo único que recuerdo es que me hizo dormir, mirar distraídamente mis pies, pellizcarme, y luego de intentarla ver tres veces grabé sobre la cinta en que me la había pirateado. Lo más remotamente memorable es una escena cachonda de sexo, lobos corriendo tras la protagonista entre ríos y niebla y que el papel protagónico lo hace la misma que sale de Marcy, la vecina de los Bundy en Married With Children.
Critters 4- Esta la pasaban mucho en el Canal 5 en mis años mozos. Sí, en el espacio. Y sí, lameloidemente sólo había dos, sí, DOS critters en toda la puta película, hazme el chingado favor. Y ni siquiera recuerdo qué diantre pasa en toda la película, pero al final los congelan y rompen los pedazos de hielo, o algo así... En la primera había un critter gigante, un chico travieso con el cual indentificarse—pelirrojo, pecoso, sí cómo no...—y extraterrestres buenos que cambiaban de forma. En la segunda atacaban a un hombre vestido de conejo de pascua y después todos los critters se unían en una bola gigante que dejaba a las personas en los huesos cada que rodaba sobre ellas... uh, mucho miedo, o al menos así me parecía a mis ocho años. En la tercera estaban en un edificio y creo que lanzaban espinas, y si no era buena, al menos no era tan TE-DIO-SA como esta basura. En serio, tuve que wikipediar el final, porque no lo recuerdo—la página dice que nacen unas crías pero recuerdo indignado que sólo había dos monos peludos...bue... de todas maneras no la vean. Está comprobado que mata neuronas.
Tiburón 4- En mi investigación en torno a las cuartas partes ésta se antoja con mucho: catalogada como la peor secuela en la historia del cine, y como una de las peores películas de mundo, lo único que recuerdo de ésta es que al principio el tiburón mataba a un chavo en impermeable amarillo, él iba sobre un barco y el tiburón parecía muy grande, mientras llovía. Pero el resto es un hoyo negro difuso, y también dicen que verla saca cáncer.
Niños del maíz 4- Niños del maíz: oh, mucho miedo, con bellas canciones de rocanrol, música que da escalofríos, Linda Hamilton viéndose guapa y esos efectos ultra cool de un montículo de tierra moviéndose entre el maizal. La número dos: otro clásico del canal cinco, con un tipo que sangraba por la nariz hasta morirse y una señora que muere aplastada por su propia casa. La tres: tiene negros, latinos, imagenes religiosas y macabras, asesinatos sangrientos y accidentales y creo que alguien se parte en dos y está lleno de insectos... ah, y el dios maíz de stop motion está hecho por screaming mad george, el que hace los efectos en pesadilla 4—otra de mis favoritas, chequen más arriba en la lista--. Pero este bodrio lo único que puede presumir es que Naomi Watts se avergüenza de haber empezado su carrera en él. Jaja. Hollywood y sus trapos sucios. ¿Alguien recuerda a Jenniffer Anniston hablando de Leprechaun?
Y dejémoslo en 4. No quiero seguir viendo 4tas partes horrendas. Sí, es flojo de mi parte no haber visto éstas recientemente, y algunas de ellas sólo conocerlas por rumores infames, pero hagámonos un favor y evitemos hora y media de tedio. Oh, y recién recuerdo, la cuarta parte más tenebrosa de todas:
Batman y Robin-Alicia Silverstone como Batichica, George Clooney como Batman, Uma Thurman bailando en un disfraz de gorila, Arnold Schwazzenegger pintado de azul, un Bane que se desactiva a patadas, hielo de plástico y luces rojas por todas partes... sólo recordar me da caries y náuseas... ¡Devuélveme mi infancia, película odiosa!

Y ahora sí...

Lo raro:
Cuartas partes que no son necesariamente malas, aunque tampoco obras maestras que te cambien la vida.
Alien: Resurrection- Directores franceses, Wynona Rider con el pelo corto, una Sigourney dispuesta a regresar, excelente música, criaturas húmedas y deliciosas... vale la pena reconsiderar esta pequeña joya que de vez en vez aparece en los canales de cable.
The Final Destination- No una rareza en sí, pero cada vez me es más difícil encontrar cuartas partes dignas más allá del top 5. Esta al menos está en 3D, con todo y sus personajes olvidables, y lo único que recuerdo que me haya emocionado fue la secuencia del autolavado y el tercer acto en el cine. Terror marca ACME.
Texas Chainsaw Massacre: The Next Generation- Primera parte: un clásico que redefinió el cine de horror. Segunda: una comedia sangrienta que redefinió todo lo que debe evitarse en el cine de horror... ¿una antisecuela? En fin, a pocos les gusta, y me encuentro entre esos pocos fans. Tercera: popular en video, pero realmente obsoleta. Cuando toda la premisa está basada en el poder de una sierra mecánica realmente no queda más que repetirse, y cuando debería llevar el número cuatro qué más da que hacerla un remake para la generación noventera pre Scream. Rara, rara, rara... no del todo terrible, a pesar de la odiosa Rene Zellweger.
Leprechaun 4: En el espacio- Ok, nunca la he visto, pero estoy seguro de que el destino inevitablemente me arrastrará a ello. Primera parte: igual que Critters, pero en vez de extraterrestres con espinas está el enanito de Kull, matando a un señor usando un pogo saltarín...y Jenniffer Aniston. Leprechaun 2: me gustaba el protagonista...ja, ingenua infancia. A un viejo le salía una olla del estómago y el mono ese explotaba al final. Leprechaun 3: en las peores desgracias de Hollywood, la adorable chica de TCM2 (Caroline Williams, Stretch la DJ) culmina su carrera actoral personificando a una tipa amargada, caderona y con horrible pelo corto que muere utilizando las peores prótesis desde Picadillo de Peter Jackson, sólo que aquí va en serio, y todo sucede en Las Vegas, ni más ni menos. Así que la 4ta entrega no tenía más remedio que suceder... ¡en el espacio! Lo que hay que ver... tal vez me ahorre unos pesos y la vea por youtube. ¿Y alguien se ha fijado en cómo muchas 4tas partes suceden en el espacio? Alien (duh), Hellraiser: Bloodlines, Critters 4... ¿Esto significa que veremos a Sidney Prescott de astronauta?
¡Salud!

31.10.10

HALLOWEEN 2010 

Para aquellos no-empedernidos las fiestas se han terminado, y aquí en México tenemos día de descanso en este megapuente--como si este año no hubiera habido suficientes días de descanso... con razón somos tan flojos--de Día de Muertos para aliviar la resaca, visitar algún cementerio, comer pan azucarado o... disfrutar de un maratón de cine de horror.

10. Spider Baby (Jack Hill, 1963)
Empezamos la mañana con nostálgico horror en blanco y negro. Cuando leí sobre esta película que de alguna manera había influenciado Masacre en Texas y que uno de sus títulos alternativos era "Cannibal Orgy", me sentí un tanto cuanto confundido cuando al verla por primera vez me encontré con una comedia amable más a tono con La Familia Munster que con el gore serie B. Pero un segundo vistazo me ha hecho reconsiderar y encariñarme profundamente con esta pandilla de inadaptados caníbales. Ahora me parece la hija insolente e infantiloide de Psicosis, y disfruto su humor negro, personajes inolvidables, frecuentes guiños hacia el aficionado del género y una estética que sólo puede definirse como DE-MEN-TE.


9. Friday the 13th part V: A New Beginnig (Danny Steinman, 1985)
Continuando en la línea de personajes-del-campo-involuntariamente-graciosos tenemos este bebé deforme: uno de los capítulos más repudiados por los fans de la serie. Por mi parte, disfruto la orquesta musical, los personajes guarros, el sexo excesiov, la rutina porno de piel y machetes y uno de los actos finales más intensos en toda la serie: ¡incluso hay un duelo con sierra mecánica! Y Violet, ¿cómo olvidar ese baile ochentero como preludio a la muerte? ¿Quién necesita a Jason cuando el director maneja la cámara como un mirón fuera de control?


8. Donnie Darko (Richard Kelly, 2001)
Luego de tanta muerte el maratón de cine de horror toma un giro existencial con una película ambientada en...por supuesto, octubre. Y en los años ochenta, ni más ni menos. Culminando en una fiesta de disfraces de Halloween. Por momentos depresiva, e incluso consiguiendo poner a prueba la cordura del espectador--con ese mentado hombre en disfraz de conejo, que uno empieza a alucinar parado ahí en alguna esquina del cuarto--Donnie Darko me recuerda aquellos años de adolescencia pseudorebelde y cuando la vida cotidiana va cargada con el peso de un destino ominoso. Excelentes actuaciones y un soundtrack de antología, mi escena favorita ese ese mágico momento donde los chicos salen en bicicleta en plena noche, acercándose a su cita con el destino mientras suena una musiquilla de película de ciencia ficción de los años cincuenta.


7. Beetlejuice (Tim Burton, 1988)
Hubo un tiempo en el que Lydia Deetz, interpretada por Winona Ryder, me parecía la persona adulta más cool del mundo. Ahora me da risa--o pavor, pues esto ocurre muy a expensas de mi edad que avanza sin freno--verla como una niña mimada. Los años no hacen mella en esta producción ochentera: la música de Danny Elfman continúa alimentando fantasías fantasmagóricas y ahora puedo apreciar el humor más afilado, más allá de los monstruos y los trucos de Beetlejuice: los Deetz como pretenciosa pareja citadina, la vecina metiche que quiere vender la casa de la pareja protagónica, los ingeniosos juegos de palabras, los lamentos adolescentoides de Lydia y su deseo de unirse a los muertos, la indefinición sexual de Otto. Trama divertida e imágenes que van muy en línea con estas fechas. ¡Cuando me muera quiero que me entierren en una tumba como la de Bitelchús!


6. Hellbound: Hellraiser II (Tony Randel, 1988)
Mientras la primera parte cuenta con maravillosos efectos especiales, la encuentro algo lenta y en extremo telenovelera, con su historia de amor que traspasa las fronteras de la muerte. Ésta, en cambio, tiene aún más maravillosos efectos especiales, más amor telenovelero y una trama que compite en nivel de absurdo con cualquier giallo italiano. Lo que también tiene es una concepción laberíntica del infierno que encuentro bien interesante y, por momentos, dolorosa. Las escenas en el hospital me dan pesadillas y me hacen temer el momento en que tenga que someterme a alguna cirugía. También me recuerda esa canción, "La Cama Asesina", algo que aquí se ve de manera literal.


5. City of the Living Dead (Lucio Fulci, 1980)
¡Zombies, zombies, zombies! Ningún Halloween/Día de Muertos está completo sin una fílmica invasión zombie. En esta ofrenda de Lucio Fulci hay rituales satánicos, zombies que aparecen y desaparecen, un final inexplicable, música que embruja, cementerios y tripas y gusanos y espaghetti (la producción es italiana, jeje) y demás suerte de mutilaciones. Perfecta y extraña combinación de Lovecraft, Nueva York, Dunwich, pueblos malditos y niebla: una película seria y a veces un tanto maliciosa, que rápidamente se convierte en una consentida de mi colección cada vez que vuelvo a verla. Por cierto que esto hacen que me den ganas de ver el estreno de "The Walking Dead" ¡ya mismo!


4. My Bloody Valentine (George Mihalka, 1981)
San Valentín parece lejano y fuera de lugar, y Canadá (de donde es originaria esta producción) no parecería el lugar más aterrador del mundo. Sin embargo esta película es un ejemplo de narración madura, un retrato de amor para la clase obrera que para nada parece telenovelesca. ¿Qué hace aquí en Halloween? La decoración previa a la fiesta transforma al pueblo, tal como pasa con todas las decoraciones de Halloween, y cuando finalmente los personajes descienden a las minas el corazón de este pequeño televidente se encoge de emoción aventurera, haciéndome pensar en aquellos tiempos donde las historias de miedo eran creídas sin la menor restricción. El asesino es una máquina de matar imponente y terrible, que intimida escondido entre las sombras y que deja en vergÜenza a veteranos profesionales como Jason y Freddy.


3. Evil Dead II (Sam Raimi, 1987)
Ya bien entrada la noche, y con el más puro afán de tormentar al vecino, en el puesto número 3 está una elección más o menos convencional para una lista de Halloween: la primera secuela de Evil Dead. Si algo me gusta en mi cine de horror son las historias cargadas de humor a expensas de brazos cercenados, violencia sin sentido y sangre espumosa y de colores. ¿Zombies o demonios? ¿Terror o comedia? Las pequeñas excentricidades hacen de este clásico una película que nomás no me cansa y que vengo viendo desde hace unos diez años (!).


2. Return of the Living Dead (Dan O'Bannon, 1985)
Otro clásico cliché para acercarnos al puesto número uno. No se me ocurre mejor opción para parrandear con el celuloide: desnudismo en un cementerio, zombies devorando carne humana al ritmo de los Cramps, un buenorro e incomprendido punketo llamado Suicide y una tanda de adolescentes tarados con los mejores looks de los ochenta. Clásico, clásico clásico, y posiblemente mi película favorita de todos los tiempos. Por cierto que la portada del primer dvd que sacó MGM brilla en la oscuridad. Puedo pasar horas viendo esa estampa de zombies verde fluorescente.


1. It's the Great Pumpkin, Charlie Brown (Bill Melendez, 1966)
Siempre hay un especial de Charlie Brown para cualquier ocasión, y este es ciertamente mi favorito. Sí, hay cierta crueldad implícita, desde el chico que no puede hacer bien su disfraz y recibe rocas a cambio, o el chico que se queda esperando toda la noche o la niña que se pierde de todo el encanto de estas fechas por seguir a aquel chico. Cuando la pandilla señala a alguien y lo envuelve en un coro de risas, es extremadamente cruel. Blockheads! Y, si algo queda bien claro con esta caricatura, es que la fiesta parece demasiado rápido, y apenas parpadeas y ya se acabó. Así que no sé por qué me martirizo viendo este especial para TV. Tal vez encuentro fascinante escuchar tremendas dudas de adultos en la voz de niños de siete años. I was robbed! I'll sue! You owe me restitution!

¡¡¡FELIZ HALLOWEEN!!!!

28.10.10

WOLFEN 


direcor: Michael Wadleigh
guión: David Eyre/Michael Wadleigh
reparo:
música: James Horner
veredicto: ****


1981 fue un año prolífico para el cine de horror: la invasión del slasher (Feliz Cumpleaños Para Mí, San Valentín Sangriento) y la secuelitis (Halloween 2, Viernes 13 parte 2), experimentos gore y producciones italianas (Lucio Fulci, Dario Argento) y... ¿el regreso del hombre lobo?
El patito feo del revival lupino (competía contra Aullidos y Hombre Lobo Americano en Londres), Wolfen parece débil en la consciencia popular, a diferencia de las creaciones de Dante y de John Landis.
[¿Alguien puede expicar por qué son las letras tan grandes?]
Aprovechando un megadescuento en una tienda donde venden los dvds por montones, aproveche para repasar esta pequeña película por tan sólo 30 pesos, original e importada.
Mi experiencia audiovisual parece ahondar en la problemática. ¿Por qué es tan poco gustada, o al menos tan pobremente recordada? Me parece fácil adivinarlo. Ello se debe a una serie de incidentes que uno esperaría encontrar en una película de hombres lobo y que aquí no aparecen ni por asomo:
1)Escena de transformación, llena de pelos y huesos que truenan.
2)Irrupción del monstruo en plena vía pública causando caos, [Los maravillosos años ochenta.]
terror y muerte.
3) Hombres lobo.
Así de sencillo. En Wolfen no hay hombres lobo. Wolfen no es una película sobre hombres lobo. Lo que sí tiene a raudales, y forma parte de su peculiar encanto:
1) Una bellísima cinematografía que va de la contemplación de ruinas urbanas a la frialdad de una morgue, y por supuesto, aquella canino-visión tan cargada de suspenso: la puesta en escena es sobria, y se agiliza en las escenas de tensión y sorpresa. Wadleigh tiene mano firme y ágil para conducir estas escenas en las que el peligro de la noche y la falta de escape envuelven al espectador.

2) Un tono serio, realista, propiamente urbano. Los personajes son sombras sobre el asfalto, los sospechosos resultan extremistas ambientales o empresarios mafiosos y terroristas. Seres inasibles e impenetrables, en frío abandono de cualquier romanticismo narrativo que haría pensar en un universo nihilista y de libre albedrío, pero al final resulta todo lo contrario: a medida que se desarrolla la trama se construye una filosofía bien pulida sobre el equilibrio entre el ser humano y su lugar en la cadena alimenticia y su relación con la naturaleza.

3) Nueva York en los rasposos años ochenta, con todo e intactas Torres Gemelas.
4) Gore. Violento y brutal gore: manos cercenadas cuyos dedos aún se mueven, un paseo por la morgue, destripamientos y decapitaciones al más puro estilo Irak. ¿Cómo sobrevivir a la censura? Un vistazo de un microsegundo asegura una fuerte impresión, sin sobrepasar los límites del bueno gusto.
5) Una banda sonora de orquesta, clasicoide y maniática que enchina los pelos de punta. Las bestias andan sueltas y la música se asegura de que uno desconfíe de cada esquina.
6) Un negrito con un afro. ¡Esto es en serio! El personaje es memorable, y seguramente un caso de lo amas o lo odias. Yo me encuentro dentro del primer rubro.
¿Con tantas maravillas y perfecciones--sobre todo aquellas escenas de la iglesia abandonada, donde el espectador incauto no sabe bien de qué va la cosa y la trama parece adoptar un giro demoniaco--por qué dista, aunque sea por un peldaño, de alcanzar la perfección fílmica? En primer lugar, aquello que la distingue, "un-thriller-con-mensaje", se vuelve en su contra, pues a veces parece que predica y la verdad nadie se toma esas advertencias tan en serio.
El reparto cumple con su papel, pero existe cierta falta de carisma, de química en los personajes...tan cerrada es su esfera de individualidad, tan frío y calculador su comportamiento, que la obligada historia de amor es eso mismo: obligada, forzada, fuera de lugar. Las partes esotéricas con el hombre que se cree lobo aunque sirven para aclarar el por qué de las matanzas, hacen algo de daño al ritmo.
Con tantas cosas que recomendar, sería justo tener muy en alto a Wolfen en el panteón de las andanzas lupinas.
El dvd incluye uno de esos avances de cine que sólo podrían existir en un mundo post-setenero, y he de confesar que la porada del dvd--y del vhs y beta de mi infancia, si la memoria aún me funciona--siempre ha capturado mi atención, con los colmillos largos y las letras rasgadas, y la concisa simplicidad del blanco y el negro.

16.10.10

PIRANHA 3D 


Piraña 3D
director: Alexandre Aja
guión: Pete Goldfinger/Josh Stolberg
reparto: Steve McQueen (Jake), Jessica Szhor (Kelly), Jerry O'Connell (Derrick?)
veredicto: **


Muy bien, vayamos en orden. Lo primero que quiero aclarar es que el veredicto tan bajo es, en su mayor parte, debido a circunstancias externas a la película, y algo a lo que deberían poner atención las distribuidoras nacionales. enmpecemos con...

LO BUENO:
Un terremoto oceánico libera a una pandilla de pirañas prehistóricas. Ah, y todo esto ocurre en pleno Spring Break gringo, asi tenemos que: pirañas+adolescentes ebrios en trajes de baño= festín de sangre. ¿Se necesita más trama?
El cartel, los anuncios en el camión, los avances en la tele lo vomitan: ¡Piraña en 3D! Realmente uno sabe a qué atenerse cuando entra a la sala de cine, y si de por sí es un placer culpable entrar con el boleto en la mano, verlo suceder en la pantalla es ciertamente majestuoso. Es la perfecta película de verano, para sentarse a comer palomitas y no pensar, solamente disfrutar de la carniceria, el humor corporal y la sangre que salpica.
Como fan de cine de terror, no podría pensar en otra película que me mantenga con una sonrisa de oreja a oreja, desde el principio hasta el fin. Tan sólo recordando la filmografía de Alexandre Aja uno ya sabe que hay que esperar cantidades indigestas de gore--como si ver puestos de tacos en el camino a casa no fuera suficiente--y ésta es una fórmula cada vez más socorrida en el combo teror-en-3D.

LO MALO:
¡Es una película completamente heterosexual! Sí, imagino que la mayor parte de la audiencia--adolescentes que realmente viven el Spring Break--se proclama abiertamente heterosexual, pero esto es ridículo. Cada cinco minutos una chica se quita el bikini, tenemos besos entre chicas, playeras mojadas y hasta un--gloriosa, debo confesarlo, de una belleza canónica con todo y su obvia manufactura en CGI--abrazo lésbico bajo el mar.
Todo lo que nos queda a los chicos homosexuales y muchachas calenturientas... ¿contemplar el lindo rostro deeve McQueen? Digo, el chico es lindo pero le faltan unos años para entrar a mi lista. Lo otro que nos queda es el ajetreado cuerpo de Jerry O'Connell en speedo... ¡Un personajazo! Fácilmente, el que lleva todo el humor de la película, pero la verdad preferiría besuquearme con una bolsa llena de pus antes de acercarme a su cuerpo y pescar un buen herpes.
Lo otro malo... Eli Roth. ¿En serio? ¿Es esto el cameo "cool e inesperado" que uno espera de una película de terror moderna? ¿El mismo tipo de Cabin Fever, --aún--comportándose como adolescente parrandero? Al menos nos concede el deseo de verlo hecho trizas. Se agradece el sentido del humor.
Y esto último no sé si sea malo. Más bien todo lo contrario. Por primera vez viendo estos remakes que Hollywood hace cada semana, sentí una punzada de nostalgia. ¿Alguien recuerda los sávabdos temáticos del Canal 5? Pasaban Piraña, luego Piraña 2--donde creo que los peces volaban--y algún plagio de Tiburón--posiblemente Orca, o alguna otra desgracia fílmica--para continuar con el sabor acuático.
Volví a sentirme niño, sólo que esta vez tenía la oportunidad de verlo en la pantalla grande, de sentir que lo entendía, de emocionarme ante ese suspenso estilo juego de aventuras: inevitablemente, al final de Piraña--y Tiburón y derivados--siempre había una explosión, y alguno de los proagonistas estaba en peligro de morir.
Alexandre Aja parece entregarse al sistema corporativo de la industria fílmica. Y en un primer vistazo parece que nada queda del visionario autor de Haute Tension. Tenemos una película servicial, llena de gore, sexo, sustos baratos. Pero en esos instantes donde el autor asoma la película brilla. Me refiero a las breves pero carismáticas caracterisaciones: la mamá sheriff (nunca puede faltar un sheriff en una película de terror que se respete), el adolescente calenturiento avergonzado de sus calenturas, la morenaza sensual que toma tequila y el ataque pirañesco podría ser real o sólo parte de sus borracheras, la niña cábula que se comporta como diva y no duda en ponerse en peligro junto con su hermano menor, el hijo de la sherif que deambula ocioso con su lancha decapitando cabezas y despelucando bañistas a diestra y siniestra--aunuqe supongo que su intención original era hacerse el héroe--, el propio Jerry O'Connell interpretando a... Jerry O'Connell, los científicos que de verse varoniles pasan a verse como bailarinas de ballet cuando se ponen sus trajes amarillos de buzo. Y las pirañas, que podrían ser la burla más grande del año, en lo que a villanos de cine respecta.
El otro aspecto en donde el director se luce es en lo visual, y aunque uno disfruta la masacre sin sentido, llega un momento en que, el nuevo fantasma del cine, la acumulación de cuerpos mutilados, la confusión de no saber qué sucede, el peligro inminente al que nadie escucha, y la amenaza prehistórica que regresa a atacar a la humanidad, todo aquello parece sacado de un noticiero cubriendo la guerra. Es esa escena breve, única en toda la película, la que por un breve instante hace reflexionar, sacude al espectador fuera del ensimismaniento palomitero y causa malestar, dolor, preocupación.

LO FEO:
Ahora sí, lo feo feo....
Dos estrellas para una película an recomendable. Las razones sobran, y como dije al principio, esto es por razones externas a la película en cuestión:
¡¿Dónde putas madres quedó el 3D?! ¡Malditas distribuidorasssssss... Toda la campaña de promoción gira alrededor de que la pelicula está en 3D, y de hecho, si la furia no nubla mi memoria, la p+ta película se llama Piraña 3D.
Me parece ofensivo, un acto de discriminación, un abuso sistemático hacia los fans del género, que los distribuidores hayan decidido--o "no hayan podido"--no presentarla en 3D en salas mexicanas. ¿Miedo a no recaudar? ¡Por favor! Sabemos que el público va a ver cualquier porquería en manadas. Hasta "El Hijo de Chucky" recaudó millones. y si no, ¿entonces por qué diablos hay tanta comedia chafa que pega? ¿Tantas películas aburridas en 3D para las que la gente se forma por horas?
Me parece una falta de respeto grave, una omisión que no se puede pasar por alto a la hora de ver esta película. Por que el cine no es un pasatiempo, sino una experiencia.
Ya he dicho antes que el 3D es el futuro del cine, o al menos el futuro del cine de horror. Es una forma de hacerlo más interactivo, con vísceras--o, en este caso particular, filetes de pescado--y armas volando directo a la cara de la audiencia, con ese tufo ritual de ñoñez extrema de ponerse los lentes opacos y mirar la pantalla, compartir las risas cuando un efecto engaña o cuando un susto es efectivo.
Lo más doloroso es que muchas escenas hacen evidente que el medio habría hecho más efectiva toda la diversión, todo el absurdo de sangre a raudales, como el ahora infame pene ¡en 3D! (y sí, una manera más rápida de hacer una cirugía de reasignación de sexo, jaja) O aquellos implantes que parecían medusas flotando en el mar. O aquella escena cuasicelestial que he mencionado antes--y que volvería loca de éxtasis a cualquier amante de los lesbofests--todo, todo apunta a que esto debía ser apreciado en 3D, y se nos ha negado esa puta oportunidad.
Tampoco había visto desde hace tiempo un manejo tan flojo a la hora de fija una fecha de estreno. Desde principios de spetiembre empezaron a florecer los carteles para la película, y, sin fecha oficial--salvo para aquellos que se tomen la molestia de leer las ya de por sí apesadas revistas de cine que se publican aquí en México--llegó hasta principios de octubre, una película que con sus paradisiacas tomas soleadas, vacaciones, isletas, sandalias, porno, alcohol y ropa escasa se antoja por completo para verano, no para el frío de octubre.
La única metida de pata comparable podría ser el estreno del remake de Masacre en Texas, que siendo del 2003 llegó aquí a las salas hasta 2006, o Jason X, cuyos posters llegué a ver pero jamás el título exhibiéndose.
En cuestión de formatos, otra metida de pata fue la difícil de encontrar El Fantástico Señor Zorro subtitulada, porque seamos francos, ¿realmente cuántos niños vieron esta película? Así que doblarla y desaparecer por completo el trabajo de George Clooney y el talentoso reparto escogido por Wes Anderson fue una reverenda cagada.
Volviendo a Piraña, me parece una jaladoa esta decisión de las distribuidoras. ¿Todo para qué? De todas maneras este tipo de películas sólo dura tres semanas en cartelera--algún día se me hará ver en pirata el remake de Sorority Row, con el "esperado" regreso de Carrie Fisher--relamente no había pierde al estrenarla en 3D.
En fin, que nadie debería ser tan condescendiente con el género, y mucho menos por sus fans, que estamos dispuestos a ver cualquier churro y disfrutarlo.

7.10.10

ESTAMOS DE VUELTA 

Carta de amor al cine de horror:

Esta tumba escupida ha estado bastante silenciosa. La tierra se agita, pequeños mmontículos se abren paso para dejar al descubierto manos pútridas, de piel desgarrada, gusanos y pus.
¡ESTAMOS DE VUELTA!
Estamos suena a multitud, pero estyo seguro de que a muchas personas de habla hispana les encanta el cine de horror, y qué mejor época para reiniciar actividades que Octubre, mes de Halloween, y antesala--al menos en México--para el Día de los Muertos.
2009 pasó a la historia con pequeños hitos fílmicos como San Valentín Sangriento en 3D, Diabólica Tentación (Jennifer´s Body), Halloween II, y las menos disfrutables, pero que también marcaron una edad juvenil de compartir con los amigos y disfrutar en conjunto: el desastroso remake de Viernes 13, La Huérfana, la pretensiosa Isla Siniestra.
En 2010, el inicio de una década, he dejado pasar momentos de regreso con: Tierra de Zombies (Zombieland), Zona de Miedo (The Hurt Locker: drama de guerra pero nadie que la haya visto en el cine puede negarse presa de la tensión, del horror a la violencia bélica), La Caja (The Box, del medio genial Richard Kelly, en una de las más entrañables actuaciones de Cameron Diaz, refrescante como personaje fatídico) y, luego de meses de espera, Piraña en 3D.
Así, retomo este compromiso hacia todos los amentes del género.

---edder

3.4.07

THE HILLS HAVE EYES II 

veredicto: **

La última vez que publiqué en esta página fue hace año y medio. ¡Qué vergüenza! Prometo luchar de manera más convincente contra la flojera.
El asunto es este: hace un mes quise ver Masacre en Texas: El Inicio con cierta persona. Jamás nos acoplamos y a la semana la película desapareció de la cartelera sin mayor explicación (bueno, casi todas las carteleras: aún quedaba en esos territorios que nadie en su sano juicio se atrevería a explorar a solas). Me hice la promesa de ver las películas de terror apenas se estrenaran, sin importar los acompañantes.
Hace un año vi el remake de Las colinas tienen ojos (sí, la traducción suena a albur,l ni hay que negarlo, pero en serio odio el título con el que se estrenó, en especial porque alude a otra película ya clásica). No me pareció grandioso, ni siquiera volvería a verla, aunque me pareció muy congruente con la filmografía de Alexandre Aja, también director de Haute Tension.
En cuanto a la secuela, no tenía idea de quiénes estaban envueltos. La primera escena, un parto, me pareció obvia y de mal gusto, un mal set-up. En los créditos decía que uno de los guionistas era Wes Craven (el otro guionista es su hijo) así que los presagios eran optimistas.
Luego empiezan algunas escenas de guerra. Descubrimos que los personajes son soldados en entrenamiento, con alguna misión en el desierto. Obligadamente, llegan a aquella sección donde ocurrió la primera parte. De aquello deduje que:
a) No era un remake de The hills have eyes part 2, infame por sus secuencias en las que hasta el perro tiene un flash back(!).
b) Nunca hay que esperar demasiada trama en una película de terror.
Claro, lo segundo ya lo sabía. Lo importante de una película de género es su ejecución, y esta falla miserablemente.
Mal uso de los personajes (me hubiera gustado ver más de Mickey), tal vez si le hubieran puesto mayor atención a ese aspecto los momentos de suspenso habrían sido más efectivos. Abuso de los sustos brincadores (si, claro: si en toda la película hay 50 sustos de ese tipo, al menos uno debe funcionar). Violencia excesiva. ¡Qué el exceso de violencia es malo? Claro que no: tal afirmación sería un sacrilegio. Sólo que en este caso se sintió tremendamente repetitiva. Es más, al leer una reseña me sorprendió descubrir que la película dura sólo 89 minutos. Pareció más bien una hora cuarenta.
Y repito, la violencia no me parece mal en el cine. Pero cuando es el único recurso para capturar la atención, se vuelve muy pobre. Y el final, odio el final. (Siento arruinar la "sorpresa" para aquellos que no lo han visto) Es un defecto que ocurre desde la primera parte.
Esos finales donde el malo resurge al final... ¡Por Dios! Los años ochenta han quedado muy atrás. ¿Qué esperabgan? ¿Que uno se preocupe por los sobrevivientes? Es simplemente bobo. No me molesta cuando ocurre en Pesadilla en la calle del infierno 4 o en Viernes 13 parte VII; digamos que ahí encaja con el contexto. Así que el final arruina lo poco que hay que rescatar de la producción.
Del lado optimista: bonita fotografía, violencia excesiva (en algunos casos se me retorció la boca en gestos de dolor), reparto atractivo (ese Napoleón...mmmhhhhhhhh) y un ligero--pero ahí está--comentario sobre la guerra.
Que, de nuevo, ya se había visto en la primera parte, de como la naturaleza de una persona se transtorna en situaciones límite. Y he ahí otra crítica: la falta de opriginalidad. Una escena, más que un homenaje, es una copia calca de la primera vez que parece Leatherface en Masacre en Texas. De hecho, toda la película se parece mucho a Masacre en texas 2, con sus acontecimientos en túneles y villanos nefastos. También me recordó, en gran medida, a la estupenda El Descenso, de Neil Marshall (incluso es el mismo tipo de violencia que hace que a uno se le encoja...el corazón).
Se convierte en un amasijo de reciclaje, pero vale la pena ver este tipo de cosas en cine, pues no salen muy a menudo.
O sea que lo de las dos estrellas es una recomendación.
:)

13.11.05

BLONDIE 

Blondie (1976)
Mi humilde opinión:*****


Este disco es el punto de partida: tanto la exitosa carrera del grupo como mi gusto por la música. Canciones breves llenas de energía, el tipo de música que uno utiliza para alegrarse el día. Y es que las letras (para quien las entienda) están llenas de humor irónico, a veces inocente a pesar de sus tonos sexuales, lo que se traduce en una experiencia más disfrutable. Combinando música surf con ritmos españoles, tango, los Locos Addams y demás cultura popular, todo aderezado con una actitud punk muy de la época.
Todos conocen a Blondie--y muchos confunden el nombre del grupo con el de la vocalista, la inugualable Deborah harry-- por Heart of glass, que aparece en toda compilación de música disco que se respete, y Call me, que aún hoy suena en radio. Pero antes de ese par de piezas históricas se esconde una trayectoria en ascenso, materializada en un album debut que sigue sonando fresco listo para emocionar a nuevas generaciones. La lista de canciones va así:
1. X Offender: Cuenta la historia que el título original (Sex Offender) tuvo que ser cambiado para que las radiodifusoras la tocaran sin problemas, antes una sociedad conservadora. De nada sirvió, pues increíblemente, la canción pasó desapercibida. Y digo increíblemente porque, desde una introducción cautivadora (y hablada, rememorando los mejores momentos de las Shangri Las y más girl groups sesenteros) se desliza hasta momentos celestiales (el solo de guitarra, por ejemplo).
2. Little Girl Lies: Guitarras medio country y una letra juguetona digno de una zorra mustia (She loves you right now/ But don't close your eyes/ She'll be talking and laughing with six other guys) que desemboca en un coro alocado.
3. In The Flesh: La canción, el tour de force de este trabajo debut. Posiblemente la única canción que ha sobrevivido en la memoria popular, apareciendo en numerosos soundtracks. Una balada que derrama miel y tristeza pero con un subtono amenzador (Met you with a girlfriend/ You were so divine), de una chica enamorada a la que no le importa que el chico tenga novia (¡uh, niña mala!).
4. You Look Good In Blue: Puro rock con coro pop. Bastante buena, aunque un poco melancólica.
5. In The Sun: Una joya infravalorada. De vuelta a la música surf, nos encontramos con una hermana lejana de los Beach Boys que hará que uno se sienta en la playa, posiblemente atrapado en una película serie B, con todo y traje de baño de los años cincuenta y un hula-hula. La melodía, soberbia.
6. A Shark In Jets Clothing: ¿Los Locos Addams? Definitivamente, con todo y chasquidos y silbidos. Una canción genial, bizarre y con una letra que evoca un paisaje callejero y oscuro, con una Deborah harry poderosa e insnuante.
7. Man Overboard: El antecedente disco de los trabajos siguientes (Kidnapper, Heart Of Glass, Atomic, Rapture...). Realmente puedo imaginar esta canción en un antro, con el respaldo de Ellie greenwich y una Deborah en plan de diva. Una tristeza que nadie conozca esta pieza.
8. Rip Her To Shreds: Otro clásico universalmente celebrado. Musicalmente no me emociona tanto, tomando en cuenta las seis pistas anteriores. Fue hasta que entendí las letras (bueno, las bajé de internet) cuando realmente disfruté esta canción. Lleva el perreo a los límites de la burla, donde se desprecia a otrea persona sólo por vestirse de tal manera o hacer esto o lo otro.
9. Rifle Range: Oír esta canción me hace pensar en algún comercial de hamburguesas o refresos. Así de cool es. La voz suave, el acompañamiento musical un tanto misterioso, de nuevo tintes surf. ¿Cómo puede pasar por alto? ¡Exijo un comercial de hamburguesas, papas y refresco con esta canción de fondo!
10. Kung Fu Girl: La canción más agresiva--musicalmente, pues la corona de espinas va para la cruel pero inofensiva Rip Her To Shreds--del album, con un tema tan delirante como las películas de artes marciales (la sensación de los setenta) parodiada y revampirizada en clave pop. Insuperable, el solo de órgano.
11. Attack Of The Giant Ants: ¡Hormigas gigantes! Por Dios, esto es arte... ¿no? Batería tribal en la que se nos cuenta como perece la humanidad. Muy punk pero escapa a toda clasifiación. a la mitad hay un interludio--¿tomado de laguna película de los 50?--en los que se escuchan fritos, lo que supoingo son hormigas gigantes y hasta helicópteros y sirenas. Hilarante. Y, por si no fue suficiente con el solo de órgano de kung Fu Girls, el trabajo cierra con música de coctel en medio de una fiesta de alta sociedad (o eso me hace imaginar), en el máximo momento de genialidad.
Luego de once canciones el mensaje es claro: la música sirve para divertirnos. Aquí está la prueba de ello. Puedo asegurar que en ningún momento dejé de sonreír, y si acaso, fue para aplaudir o llorar de emoción.
La reedición viene con cinco canciones extras. Primero un cover de las Shangri Las, Out In The Streets, con una Deborah melancólica y solitaria capaz de arrancar lágrimas. Luego The Thin Line, bastante punk, y Platinum Blonde, una canción--lo admito--medio tonta, unas especie de himno sobre cómo las rubias se divierten más. Las últimas dos son versiones de X Offender e In The Sun (creo que la única diferencia con las originales es que en éstas suena como si dos Deborahs cantaran al mismo tiempo).

18.8.05

ENTREVISTA A EDNA CAMPOS (DIRECTORA DEL FESTIVAL DE CINE MACABRO IV) 

A propósito del festival de cine Macabro IV, presento una breve entrevista a Edna Campos. Algunos aspectos quedan poco cubiertos (por las limitaciones del correo electrónico y mi falta de precisión, je) pero sus respuestas nunca dejan de ser interesantes. (PD. Lo siento, no pude evitar algunos lugares comunes a la hora de preguntar).
Escupo en tu tumba: Y bien, ¿cuál es tu película de teror favorita (o cuáles) y por qué motivo?
Edna Campos: Bueno, tengo varias, y siempre que me preguntan, se me olvida. Te voy diciendo de las que me acuerde. Nosferatu, todo el cine de la época del expresionismo me encanta por su maravillosa propuesta estética. Drácula de Tod Browning, me gustan las películas de vampiros. Drácula de Coppola; a mucha gente no le gusta, a mí me parece una propuesta visualmente interesante y con un sinfín de lecturas. El Bebé de Rosemary, de Polanski; me parece que presenta de manera prodigiosa muchos de nuestros miedos. El Tríptico Oriental: Tres Extremos; me pareció la mejor película de terror que he visto en mucho tiempo, creo que le cierra la boca a mucha gente que dice que el terror no tiene nada desde hace mucho tiempo.
EET: ¿Por qué esa fascinación con el cine de terror?
EC: Solía ser muy miedosa y viendo películas de terror solía darme terapia de shock. Actualmente me parece que es un cine que ha aportado muchos elementos al resto de la cinematografía, especialmente a nivel plástico.
EET: ¿Qué te parece lo más rescatable de una cinta de este tipo?
EC: La propuesta visual y la forma en que transgreden ciertos códigos y tabús sociales.
EET: ¿Cómo percibes el panorama actual del género?
EC: Es muy interesante la forma en que ha resurgido, en parte gracias a la fiebre del cine oriental. Lo importante será saber qué pasa cuando esta "moda" pase. Por nuestra parte, creemos que siempre habrá lugar para este género y por lo mismo, promovemos tanto su exhibición como el estímulo a su creación
EET: ¿Cuál fue la primera película de terror que viste?
EC: Uff, no me acuerdo muy bien, pero la que me dejó sin dormir fue El Exorcista, y eso que la vi en video y doblada al español.
EET: ¿A qué te dedicas en tus ratos libres?
EC: Voy al cine.
EET: ¿Te gusta escribir? ¿Planeas rodar algún corto?
EC: Sí. No estoy interesada en dirigir cine, la verdad. Pero sí me interesa el videoarte y el guionosmo. De esto último, espero que alguien algún día haga algún guión mío.
EET: ¿Cómo surge el festival?
EC: Del interés en ver cierto tipo de películas que no llegaban a la cartelera comercial y mucho menos al circuito cultural. Únicamente se veían en puestos de la calle y muchas otras ni eso.
EET: ¿Cuándo se presentó la oportunidad de hacerlo más grande (pues en cada edición me encuentro con un programa que abarca más espacios y variedad de cintas)?
EC: Eso es el curso normal de los festivales. Cada año va más gente, cada año es más conocido y tomado en serio. Por lo mismo se facilita crecer en muchos aspectos, así como se dificulta en otros.
EET: ¿De dónde salen las cintas que exhiben? ¿Cómo consiguen las copias o videos?
EC: Es producto de una investigación exhaustiva que no tiene fecha de inicio ni de fin, ya que como la producción es constante, tenemos constante conocimiento de nuevo material. Tenemos una convocatoria y créeme que de esa manera nos ha llegado mucho material de todo tipo y de todas las calidades. Hay una red de festivales de género en el mundo con los cuales estamos cada día más conectados, por lo que existe la opción de invitar programadores a que sugieran títulos.
EET: Finalmente, ¿es difícil ponerse en contacto con los directores o actores (pues recuerdo que estuvo el director de Las Nueve Caras del Miedo, o la chica que salía de Alucarda en Alucarda, y el director de Jesucristo Cazavampiros es casi un invitado frecuente)?
EC: No. No es tan difícil, lo difícl es que tengan tiempo de ir y colaborar con nosotros.
EET: Pues muchas gracias por contestar, Edna. Fue todo un placer.
EC: Saludos y gracias por tu interés en el festival.
FIN
Las funciones se llevarán a cabo a partir del 18 de agosto (o sea, hoy) hasta el jueves 25 de agosto en la Cineteca Nacional, en la Sala 4 (Arcady Boytler). Agradezco a Edna Campos por su atención y pro brindarnos un festival de este tipo.

27.12.04

SEED OF CHUCKY 


El Hijo de Chucky
director/guinista: Don Mancini
año: 2004 (Rogue Pictures)
con: Jennifer Tilly, Brad Dourif, Billy Boyd, Hannah Spearritt y Redman
veredicto: *****



¿Recuerdan aquel cementerio donde yacían los restos de una muñeca calcinada? El detective Preston se acerca al pedazo de plástico chamuscado y lo toca varias veces, hasta que empieza a gemir y moverse y escupe un chorro de sangre y de entre sus pequeñas piernas sale una criatura horrorosa y salta a la cara del detective. Así acaba una de las mejores comedias de horror de 1998, La Novia de Chucky, dejando DEMASIADO espacio para una secuela. Más que una promesa, el sueño ansiado por el guionista Don Mancini, inventor de toda la saga--el cerebro que ideó la primera, llena de suspenso, las convencionales secuelas y el retorno explosivo a los años noventa--, quien desde tiempos inmemoriales trabajaba con el guión de El Hijo de Chucky.
La espera fue larga, poco más de un lustro. Siempre al pendiente de los rumores de internet, por fin me enteré de su estreno en estados Unidos el pasado doce de noviembre. Faltaba poco para que llegara a tierras mexicanas, y cuando mi esperanza iba disminuyendo, me topé con todo tipo de posters en español (uno incluso tenía un hoyo para que metieras la cabeza entre las cobijas que sostenían los muñecos y así te tomaras una foto siendo el hijo de Chucky). Incluso pregunté al personal de los cines cuándo se estrenaba, y todos los dedos apuntaban a una sola fecha: 24 de diciembre. Sería una navidad espectacular.
Mi primer intento se vio frustrado: no se estrenaba el 24 sino el 25. Luego de mucha angustia--incluso llegué a temer que le pusieran clasificación C pero mi tío me reconfortó: "No mames, es Chucky..."--tuve mi boleto en las manos y entré a la sala de cine con el mayor regocijo que no he sentido desde que siendo niño me despertaba temprano para ver quié habían traído los reyes magos. ¿Qué esperar de los regalos? ¿Habrían traído todo lo que les pedí? ¿Me traerían un miserable trozo de carbón? Lo mismo pasaba con la película. Por dentro rogaba: Por favor, Dios, que esté buena, por favor, que no la hayan hecho mal.
De pronto se apagan las luces y la pantalla se pone en blanco. Al estilo Mira quién habla vemos millones de espermatozoides avanzando por pulsantes paredes vaginales (¡ugh!). Un principio bastante orgánico, no obstante la animación computarizada es algo que uno lamenta. ¿Será intencional? Tiene que serlo: empieza la música, al ritmo de los créditos iniciales; es una pista hermosa, malévola pero con la carga de inocencia de una canción de cuna. La partitura es nada más y nada menos que de Pino Donaggio. ¿Quién es Pino Donaggio? ¡Uh! Sólo hay que escuchar Carrie, The Howling y Dressed to Kill para saberlo. El próximo corte nos trae a un terreno misterioso, un escenario típico de cinta de horror pero rodeado de un aura extraña, diabólica, que asocié con una película que me daba mucho miedo, la de Dollman contra los muñecos asesinos. Lo que sigue es de agradecerse, y no sólo el sanguinario comienzo de la cinta, donde el espectador se ve bombardeado por imágenes y emociones que acaban por aturdir e inducir a un estado de completa confusión, sino el resto de la película.
Hollywood se parte la cabeza, despilfarra millones de dólares, intentando encontrar la respuesta definitiva, aquella que engorde sus bolsillos: ¿qué se necesita para hacer una buena película? la respuesta, condensada en 86 minutos de delirio, es ésta: un buen guión. Don Mancini lo logra, con creces. Sólo un genio podría salirse con la suya al relatar las aventuras del hijo de un personaje tan falto de respeto como lo es Chucky, el muñeco asesino.
Claro, hay que tener en cuenta que uno no entra a ver El Hijo de Chucky para dormir con las luces encendidas el resto de la semana. La intención, desde la propaganda, es la de hacernos reír, algo en lo que no falla ni un minutos del metraje.
La premisa, sin tener un pelo de original (Freddy ya tuvo un hijo en la quinta pesadilla en la calle del infierno, y lo de la película dentro de una película se ha hecho antes en Wes Craven's New Nightmare--de nuevo Fred Krueger--, en Scream 3--de nuevo Wes Craven--, en In the Mouth of Madness y en muchas otras franquicias de horror), asombra con cada giro dramático. Va desde lo gótico y sensible, de trazo casi arty--la narración inicial de Shitface, de una belleza mágica, comparable a las visiones de Tim Burton, y fácilmente adaptable al terreno de las narraciones clásicas de los hermanos Grimm o Perrault o Andersen, y las alusiones a Pinocho resultan inevitables--hasta lo paródico, lo ligero--el ambiente Hollywoodense--, manteniendo un ritmo alocado y visualmente hipnótico.
Sí, El Hijo de Chucky intenta hacernos reír, pero eso no excluye un tono venenoso, tóxico. Cuando vi la clasificación B-15 ý la duración de 86 minutos temí que las escenas estuvieran llenas de cortes, "aptas para todo público". Mis temores eran infundados, como pude constatar en la secuencia de la mesa con Redman, Jennifer Tilly y Tiffanny. Sin dudarlo, es la entrega más sangrienta de las cinco: tripas que caen al suelo, decapitamientos, rostros derretidos hasta revelar huesos y músculos, hachazos al por mayor... Y todo tipo de fluidos salta a la pantalla: sangre, sudor, orines, semen. Sí, semen.
Jamás me la he pasado tan bien en una sala de cine, y auqel que crea que es una película estúpida se equivoca, pues está llena de referencias cinematográficas que no cualquier espectador promedio logrará comprender. Así, recordamos Psicosis, El Resplandor, hasta la cult movie Glen or Glenda (un recurso que, por sí solo, se merece las cinco estrellas), Flesh for Frankenstein (aquello de pos hachazos) y vemos guiños a Fangoria, a britney Spears y una crítica ácida a toda la maquinaria de frivolidad del Hollywood contemporáneo, todo ello aderezado con tintes Freudianos.
No encuentro fallas en la película. Los personajes son entrañables y el director se encarga de explorarlos con la profundidad suficiente como para darles credibilidad. Toma el drama telenovelero de la familia hasta sus máximas consecuencias y añade problemas de la vida real: el desquiciamiento familiar, la evasión de los problemas, los engaños, las decisiones... Invaluable cómo Tiffanny intenta superar sus "problemas" con el asesinato. Jamás olvidaré los guiños a las cintas anteriores:
Tiff: Mi madre siempre decía que...
Chucky: ¡Carajo! Maté a esa mujer hace veinte años y aún no se calla...
Una réplica cruel, malintencionada, deliciosa. Y es que la cinta se llena de mala leche (en más de un sentido, cabe añadir) sin dar unrespiro a nuestros cerebros, como cuando Tiff llama a la viuda del policía de Bailey (a quien degolló al principio de La Novia de Chucky). Al final, uno no puede olvidar que se trata de personajes de sangre y goma, presas de un tornado de tragedia: su único objetivo, en todas las cintas, es poder ser humanos, irónicamente, reencarnando en personajes tan faltos de alma como los retratos que el guionista hace de Jennifer Tilly y Redman. Tampoco se puede olvidar el conmovedor drama que pasa Glen o Glenda en busca de sus padres, impotente y melancólico ante su condición de hérfano. Da tristeza que una película tan llena de riqueza tenga que acabar. ¡Y qué manera de acabar! Como regalo final, un cover de One Way Or Another (original de Blondie)--no pude dejar de tararearla por el resto de la noche--orquestando los créditos finales, aún ellos rebosantes de creatividad, de ingenio.
Completamente recomendable. No hay que dejarse llevar por reseñas y críticas de gente pedante. Es la clase de película que los críticos serios de CinePremiere o CineGuía o el programa de (¡ugh!) Horacio Villalobos abuchearán hasta cansarse. Y El Hijo de Chucky se sostiene sin tomarse demasiado en serio. Es fácil adivinar que su destino pertenece, con creces y orgullosamente, al panteón del cine de culto. En mi repisa ya hice un espacio, para cuando se estrene en dvd.


(c)Rogue Pictures
[¡Ah! Y no aguanto las ganas de robarme ese set que tienen en el cine, una guardería de cartón bastante diabólica (hay unos cubos que deletrean la palabra KILL). Prefiero tenerlo en mi cuarto a dejar que se empolve en una bodega llena de ratas.]

JACK FROST 


director:Michael Cooney
año: 1996 (Frostbite Films, LTD)
veredicto: **


Oh...la tarde de Navidad y no hay nada qué hacer más que ayudar a la familia a preparar la cena. ¿Cómo salir de este lío tan atroz? Basta poner una copia de Jack Frost en la video y problema resuelto. ¿Cómo describir esta experiencia de 86 minutos?
Fiel perteneciente a la categoría tan-mala-que-es-buena, narra, con unos créditos iniciales fabulosos, la historia de un frío asesino que está a punto de ser ejecutado. En la siguiente escena vemos un camión que traslada a los criminales a la silla eléctrica (?) que, "inesperadamente", sufre un accidente al chocar contra un camión que transporta una sustancia química experimental. El asesino se baña en este líquido (a través de una animación computadrizada que da pena ajena vemos cómo sus células cambian) fusionando sus células ¡con las de la nieve! Lleno de ira, se transforma en un muñeco de nieve--para pasar desapercibido--decidio a vengarse del hombre que lo capturó.
Así es, nos enfrentamos a una película sobre ¡un muñeco asesino! Claro, es una premisa que puede sonar ridícula pero gracias al guión más inepto que he visto en pantalla, el filme se torna aún más ridículo. Para los que se muestren incrédulos, claro que es posible. En los primeros minutos conocemos a la familia del sherif--el hombre que capturó a Frost--que es tan sosa como, digamos, la familia de Vicente Fox: Anne, una esposa que no hace nada más que ser la esposa y es tan emotiva como un pedazo de cartón; Ryan, un niño con horrendo pelo largo, que resulta pasado de moda aun para 1996, que se la pasa cocinando y es tan odioso que no me sorpende por qué lo molestan los otros chicos del pueblo; y Sam, el sherif, el personaje más simpático y el único que realiza algo a lo que pueda llamarse actuación.
Después de profundizar en los personajes a través de chistes sobre nieve que no harán reír ni a los fanáticos de Eugenio Derbez, llega el muñeco de nieve para rescatarnos del tedio del típico pueblo estadounidense (por cierto, infestado de rednecks, según los productores de la película). Las cosas se ponen divertidas cuando Ryan sale a poner adornos al muñeco de nieve que nadie construyó en el jardín (la mamá le da unas zanahorias y ¡el niño se emociona! ¡por Dios! Son sólo zanahorias) y los niños malos del pueblo aguardan fuera para molestarlos. En un accidente freak, Billy, uno de los niños rufianes, es decapitado por un trineo de manera tan chafa que resulta grotesco y Ryan sólo atina a decir: "Yo no lo hice". Ridículo. Cómico. Genial.
Ambulancias y muchedumbre chismosa acuden a la escena del crimen y a pesar de que Ryan es incriminado--aún cuando era otro quien montaba el trineo-guillotina--ninguna acción legal es llevada a cabo. Jake, el papá de Bill, está furioso (¿no debería estar triste?) y exige justicia al sherif. Sally, la esposa del que reclama, está tan conmovida por la muerte de su hijo que sólo atina a disculparse con el sherif por la actitud de su esposo (¡por Dios!) usando una voz más emotiva que la de mis ronquidos. Jill, la hermana del muerto--actriz que tendría fama internacional al actuar en American Pie unos años después-- está simplemente ofendida, y hace pucheros al sherif cuando éste intenta hablar con ella.
Por alguna extraña razón, Jack Frost se ensaña con la familia de Bill--en vez de asesinar a la familia del sherif en las incontables oportunidades que tiene para hacerlos-- y asesina a Jake después de que este sale de casa tras una discusión familiar(pide a todos una especie de luto pero Jill argumenta, rabiosa, que tiene una cita con Tom y se va).
Para entonces sabemos que los poderes de Jack Frost incluyen deretirse y congelarse a voluntad, así que en estado líquido entra a la casa y se regenera para desquitarse con Sally, la madre emotiva. El resultado: uno de los asesinatos que más me han hecho reír estos últimos días; los brazos del muñeco son guantes de peluche y la mujer, cuya cara es azotada una y otra vez contra esferas de cristal navideñas, es obviamente un muñeco de trapo.
El pueblo (o sea, cinco personas y el sherif) se enteran del multihomicidio y empiezan a dejarse llevar por el pánico de tener un asesino suelto. En medio de la discusión, la que probablemente sea mi línea favorita del filme entero:
Redneck:(muy preocupado y conmovido, refiriéndose a Jill) Alguien tiene que
decirle que su familia entera esta muerta. ¡Jesús! ¡Sólo tiene dieciocho años!
Oh, para partirse de risa. Y es que diálogos tan inspirados como la muestra anterior hacen de Jack Frost la delicia camp de chicos y grandes. Pero las sorpresas siguen y siguen en lo que será un invierno violento serie b.
Seguimos a Jill y Tom , la pareja joven que, con suerte, otorgará momentos eróticos después de que hemos soportado actuaciones flojas. Siguiendo la línea del absurdo más absoluto, tienen la estupenda idea de hacer cochinadas en la casa del sherif (¡oh! ¿No se supone que en la mañana su hermano fue decapitado por un trineo? Esta chica tiene gran facilidad para asimilar la realidad), tal vez para ahorrarle a los directores presupuesto en locaciones. Se quitan un poco de ropa pero estaban muy abrigados, así que seguimos sin ver nada, y mientras ella se seca el pelo Tom es asesinado con afiladas puntas de hielo que nuestro asesino dispara de sus guantes de peluche, perdón, de sus brazos gélidos. Gracias a la secadora, Jill no escucha nada, y después de secar su pelo tan cuidadosamente, se mete a bañar a la tina (!). Pero ¡sorpresa! No se sumerge en aguas ordinarias, y somos bendecidos con otro asesinato ultraviolento y chusco (¿dónde está la zanahoria, se preguntarán?).
Los minutos restantes son los intentos desesperados de los pueblerinos por detener al hombre de nieve mutante, quien tras cada fallido intento de destrucción se pone más furioso y colmilludo.
La batalla incluye aerosoles, calderas, secadoras, hasta dar con la solución final, que no revelaré para no arruinar la trama (cosa que he hecho en los párrafos anteriores, detallando cada suceso interesante).
Y es que Jack Frost no es una película emocionante. Dudo que alguien se muerda las uñas en suspenso en la secuencia de la estación de policía, o ponga el cuerpo tieso en expectativa cuando el muñeco aparece detrás de Sally. Un guión elegante podría transformar la historia en un siniestro caso de retorcimiento psicológico, en el que uno no sabría si el mono de nieve está vivo o el niño cometió todos los asesinatos (muy al estilo de Chucky, el miuñeco diabólico), consagrándose como un trabajo sólido de suspenso psicológico, a expensas de una premisa risible. Por supuesto, la intención del director y guionosta Michael Cooney (que después sorprendería con un guión más intrincado en la reciente Identity, que cuenta con un superreparto) aspiraba a todo lo contrario, y aunque uno pueda criticar a la cinta de boba, pésimamente "actuada" o incoherente, sabemos que ningún adulto podría concebir una trama tan tonta sin estar conciente de ello.
Jack Frost es una película pésima, horrenda, pero tiene detalles, voluntarios o involuntarios, que arrancarán más de una sonrisa (como el pueblo supuestamente invernal, donde el sol brilla a todo lo que da y apenas y se ve nieve en algún lado...o la manera en que todos vana parar a casa del sherif...o las bromas escritas entre los créditos finales...o aquel principio tan venenoso, donde el tío Henry cuenta un cuento macabro a un infante espantado; jamás vi tanta mala leche fuera de cuadro) y que le han otorgado un merecido lugar en el museo del cine de culto. Eso sí, algunos podrían encontrarla tediosa, tan tediosa que les amargue el resto del año. La recomiendo sólo para fans del cine de mal gusto, como yo, auqellos que encontramos grandeza en Picadillo o en Evil Dead II, incluso en la cruenta The Pit o la más inocentona--pero no por ello menos salvaje y enfebrecida--Masacre en Texas 2.

Posted by Hello
(c)A-PIX entertainment


This page is powered by Blogger. Isn't yours?