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26.8.04

MAY 

director: Lucky McKee
año: 2002
veredicto: ****


Esta cinta, en realidad, era mi único pretexto para asistir al ciclo de cine MacabroIII. Mi primera decepción (la función de las cinco, una espantosa cinta argentina cuyo título ni siquiera merece ser mencionado) fue fácil de olvidar, pues sabía que May era una apuesta segura: había leído comentarios tan positivos que nada podía salir mal. Acerté. May está destinada a convertise en un clásico.
La historia empieza así: una niña que tiene un ojo desviado debe usar un parche para ocultar su defecto. Los niños, ignorantes de lo "políticamente correcto", no pueden evitar hacerle preguntas como "¿Eres un pirata?". Eventualmente suscita desconfianza entre los niños normales, convirtiéndose en una marginada social, y, en una fiesta de tres (may y sus padres), recibe el regalo que será su condena: su única amiga, una muñeca encerrada en una caja de cristal.
Varios años después, May ha crecido y lleva una existencia lejos de llamarse normal. Sabemos que han sido años difíciles, pues su comportamiento ante los demás humanos es demasiado torpe pero de una manera u otra se las aregló para conseguir un empleo como veterinaria y comunicarse, de manera harto básica, con sus compañeros de trabajo. Mira al mundo desde cierta distancia, deseando todo lo que ve, hirviendo ese deseo por formar parte de algo más...sólo que está atrapada en esa caja de cristal. Y es este el punto central del film, aquel que conmueve a todos los que nos identificamos con la inadaptada social(y no me refiero a la gente deforme; cualquiera, en un punto de su vida, llega a sentirse solo y ajeno al mundo).
¿Cómo puede, pues, una chica impedida (todo el rechazo a lo largo de su vida la ha inutilizado frente a las relaciones interpersonales) actuar cuando, de pronto, encuentra al hombre que considera perfecto (simplemente un mecánico con un desemedido gusto por Dario Argento)? Su madre se lo dijo cuando rompió el papel para envolver y le tendipo la muñeca: "Es muy especial, no la puedes sacar de la caja." La muñeca es frágil de porcelana, y así es may: si la sacan de su caja de cristal, tendrá que romperse, y ahí radica lo triste de la historia. Sabemos que tendrá que romperse al intentar formar parte de la "normalidad" (la cual consiste en un mecánico ávido de sangre y vísceras, un veterinario incompetente, una lesbiana boba e insaciable, una zorrona sin sentimientos y un punk que gusta de comer caramelos)y que, rápidamente, perderá la cordura, pues no está en condiciones psicológicas de manejar la situación.
En hora y media el director nos llena de imágenes coloridas, simbolismos intrincados--inquietante la secuencia de los niños ciegos, que parafrasea la actitud de los personajes adultos: son niños ciegos que quieren tocar, descubrir formas, y son ellos los que rompen la caja de cristal, pero en toda esa ceguera que destruye lo que hay a su paso terminan por herirse las manos--, de personajes bien trazados y muy simpáticos, de un humor ingenuo pero efectivo, y una historia condenada a la tragedia. May descubre que no hay seres perfectos, sólo hay partes rescatables, y en vez de aceptarlo decide juntar todas esas partes...de una manera bastante literal (y visceral, dicho sea de paso). Pero un muñeco, un objeto inanimado, no responde a los estímulos, no da nada a cambio, y son esos tragos amargos de la imperfección ajena los que nos recuerdan qué significa estar vivo, y con alguien más. Pese a quien le pese.

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